Auto-direccionalidad (self-agency): El siglo XXI requiere que las personas sean agentes auto-actualizados. Esto exige capacidad y habilitación para analizar las demandas del propio entorno y aplicar todos los recursos a su alcance (conocimientos, habilidades, tecnologías, etc.) para emprender acciones autobeneficiosas y autocumplidas. La autogestión se refiere a la confianza y la facilidad para enfrentarse a lo conocido y a lo desconocido, y salir de ello satisfecho y realizado.